En ésta ocasión el encargo consistía en fabricar dos tapas de mesa redondas, en tablero Mdf de 40mm de espesor, con un dibujo geométrico ejecutado en chapas de haya y wengé, la primera clara y la segunda oscura, que hacen un bonito contraste entre ambas. Junto con el cliente definimos las cotas y medidas sobre un plano hecho al efecto, y una vez con las cosas clara empezamos el trabajo.
El corte de la chapa se practicó obteniendo del mismo las piezas o "gajos" necesarios, en el caso del haya, con la chapa de wengé se cortaron los arcos y filetes necesarios, las partes con forma se sacaron directamente mediante el corte de la chapa con bisturí. La unión de las mismas se ejecutó con el procedimiento habitual de juntar las diferentes piezas con el papel engomado, en ésta ocasión había tantas juntas en cada tapa que el oficial de taller optó por vendar con el papel la superficie entera de ambas, que al lijar ya se iría.
Se dió un poco más de medida a cada tapa, algunos milímetros de sobra, y después de meter en prensa se cortó en máquinas la circunferencia perfecta, para posteriormente chapear a mano el canto del tablero con unas chapas de wengé cortadas al efecto. El lijado de las superficies quitó todo el papel engomado usado en el proceso, y el lijado de los cantos hubo de hacerse a mano, igualito que en los tiempos de San José carpintero.
Las caras estaban compuestas de un montón de piezas unidas entre sí, era mejor el vendarlas completamente.
Al meter en prensa, siempre hacia arriba la cara vendada, así la cola pega madera con madera.
El contraste entre el oscuro del wengé y el claro del haya quedaba llamativo.
Y eran 40mm de espesor, no cualquier cosa...........
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