domingo, 4 de septiembre de 2011

Bloque de madera de abedul para talla

Una de las mecanizaciones de taller que con relativa frecuencia practicamos es la preparación de madera para tallar. Ésta es una disciplina que está incluida en los estudios superiores de la asignatura en Bellas Artes, y es lógico que quien vaya a especializarse en talla previamente sepa como preparar la madera para obtener el bloque o pieza con la que trabajar. Pero será por las prisas, el ir siempre contra reloj o simplemente por practicar el "outsourcing" ( o subcontratación, vamos, que haga otro el trabajo ) el caso es que con frecuencia se nos pide el llevar a cabo el proceso de construcción de bloques de madera para tallar.
En ésta ocasión la pieza tenía una dimensiones considerables, 150 centímetros de alto y sección de 40x40cms. Seleccionamos los tablones de abedul para el trabajo - que fueron unos cuantos - y fuimos preparándolos y limpiándolos: en un a pieza para talla no se permite que la "porquería" quede dentro, nunca se sabe hasta donde va a profundizar el tallista y no es de recibo que se encuentre una "sorpresa". Las encoladuras las fuimos haciendo por capas y luego las mismas entre sí, para finalmente labrar las cuatro caras, nivelar las puntas y dejar todo el bloque lijado, listo para meter la gubia.






Mesa expositora en madera de sabina

En ocasiones muy determinadas hacemos - siempre por encargo - un mueble completo, llevando el proceso de taller de cabo a rabo. El trabajo en cuestión era una de esas ocasiones en las que el cliente, buen amigo además, no había traído los planos completos con todo detalle para que le hiciésemos una mesa expositora en madera de sabina, la verdad es que se había trabajado bien la parte correspondiente a la ·dirección facultativa", lo que teníamos que hacer era llevar esa mesa del papel a la realidad en 3D, pero de tocar la mesa con los nudillos y que hiciera "toc toc", nada de realidades virtuales.
Nos hicimos con la madera necesaria para el trabajo - siempre contamos con proveedores de primera que nos tratan con deferencia - y después de preparar las piezas para las columnas y patas las enviamos al tornero para que las trabajase. Por otra parte a base de cinta, labra, regruesadora y circular fuimos produciendo todas las restantes piezas que componían la mesa, y a base de encoladuras y ensamblajes la mesa fue tomando forma hasta que estuvo completada y lijada. El cliente se la llevó para darle el acabado, nos dijo que iba a ser a la cera.
Aparte de oler bien, la madera de sabina ( o enebro ) tiene un veteado y un colorido singular, los tonos violáceos que presenta sobre una textura que recuerda al pino son únicos. Lijada es sedosa y suave. Un trabajo para disfrutar mientras lo llevamos a cabo.











Barra de pino de valsain para un mesón

Para un establecimiento de hostelería especializado en raciones de jamón del bueno nos encargaron que les hiciéramos la barra, en madera de pino de valsaín macizo, nueve metros en total y sesenta centímetros de ancha. A base de tablones de pino de tres metros de largo y de veinte centímetros de ancho, para hacer la barra utilizamos nueve tablones en total. Hubo que cepillarlos e igualarlos a grueso, encolándolos de tres en tres entre sí cada uno de los tres tramos, y preparando lambetas de unión en las testas ya que para el transporte los tramos iban separados, del montaje en obra y su barnizado ya se encargaba el cliente.
Antes de servir el pedido montamos la barra en nuestro taller para ver el efecto que hacía, y calculamos que cabían un montón de platos de jamón unos al lado de los otros.











martes, 23 de agosto de 2011

Un larguero de una cama "de las de antes"......

Cada vez es más evidente que la diferencia entre los muebles de antaño con los de hoy día es que los primeros, o duraban toda la vida o tenían arreglo porque merecía la pena arreglarlos, mientras que los segundos duran lo que tienen que durar y en cuanto se deterioran toca sustituirlos por otros.

Viene ésto a cuento del trabajo que nos encargó una señora que vino con un larguero de cama "de las de antes", de madera maciza con tornillos de cascabel. Se trataba de la cama de su hijo, que encima estaba de exámenes finales. Éste tipo de camas no podía ser más sencillo, un cabecero y un piecero, unidos por dos largueros y reforzados por un par de travesaños sobre los que se apoyaba el somier. Todo de madera maciza y con espigas o escopleaduras para que las piezas ajustasen unas con otras. En el caso que nos ocupa, el larguero se había rajado y ya no podía hacer su función.

La misma pieza nos sirvió de patrón para hacer una idéntica, para la que usamos haya por ser una madera dura y resistente. Con el carro de escoplear se practicaron las hoquedades por donde se introducen los tornillos de cascabel pasantes a cabecero y piecero, y atornillamos las piezas de apoyo de los travesaños. Finalmente pusimos unas espigas en ambas testas, tal como estaban en la pieza original ( que no era de haya, pero que iba pintada de marrón por lo que no era un inconveniente el haber usado una madera clara como lo es el haya ).

Ajustó como guante de seda, según nos dijo la madre, cuando vino a contarnos lo bien que le había ido al chaval en los exámenes: algo debió influir el dormir en su cama ya arreglada.

 





Mesillas de Mdf hechas a base de encolar costillas

Las posibilidades que ofrece el corte y fresado por cnc a veces permiten el dar la vuelta al calcetín. O lo que es lo mismo, usar el material de un modo alternativo al que pensó el fabricante a la hora de concebir el producto.

Nos explicamos: el tablero de fibras de densidad media - Mdf -  está pensado para que la superficie del tablero sea la superficie de uso del objeto final que se fabrique con dicho tablero ( mural, mueble, suelo..... ) ya que la densidad en las caras es más alta que en el núcleo del tablero; en el mueble lacado, por ejemplo, las caras del tablero son las que tienen un óptimo comportamiento al darles el producto de acabado, mientras que los cantos suelen presentar "repelo" y hay que trabajarlos para que la imprimación quede bien.

Con el corte por cnc éste principio se puede invertir, y como resultado de ello el núcleo del tablero es el que queda expuesto como superficie del trabajo final, como podemos apreciar en el trabajo que a continuación comentamos.

Una diseñadora nos encargó un trabajo que consistía en el corte por cnc de una serie de piezas iguales de Mdf de 30mm, que iban a ser en la práctica costillas que, encoladas entre sí, diesen como resultado un mueble auxiliar, en el trabajo en cuestión eran dos mesillas y una mesa baja para Tv, todo de diseño. Era un encargo que combinaba corte y fresado por cnc con trabajo de montaje y ajuste artesano de taller. Y así lo hicimos.

El tablero de Mdf cabía entero en la superficie de trabajo del pantógrafo, por lo que pudimos diseñar el despiece aprovechando al máximo los 244 x 122 cms de dimensión de cada tablero. Una fresa robusta de 6mm y varias pasadas ( y varios tableros también ) dieron como resultado las costillas o elementos con los que teníamos que trabajar en taller; la exactitud del corte por cnc es enorme, con lo que el ir encolando las piezas entre sí lo que había que procurar es que a la hora de apretar las encoladuras no hubiese movimiento alguno, ya que las piezas eran idénticas unas a otras ( las de cada mueble entre sí, lógicamente ). Posteriormente el trabajo arduo fue el lijado, tanto para igualar las pequeñas imperfecciones que pudiere haber como para preparar bien la superficie para el lacador, ya que las partes que conformaban los planos de las mesillas estaban compuestas por los cantos de las piezas de tablero de Mdf de 30mm usados, el tacto que quedaba era áspero por el repelo, y eso únicamente se lograba tamizar a base de lija, más lija y aún más lija, hasta que a base de brazo el resultado quedase suave y homogéneo.

Éste tipo de diseño y de preparación en taller posibilitó hacer unos originales muebles de diseño, que una vez lacados darían que pensar al que los examinase como demonios estarían fabricados. Y es que darle la vuelta al calcetín deja perplejo a más de uno.




lunes, 22 de agosto de 2011

Molduras de nogal con figura de caballo tallada

Nos vino a la empresa una pareja - él y ella - que habían adquirido una casa solariega en mitad de la provincia de Guadalajara, y estaban en pleno proceso de restauración. Y uno de los detalles simpáticos de la puerta original que se conservaba ( aunque de aquella manera ) era una moldura de nogal que en su día llevaba dos tallas guardando mano, con la efigie de una cabeza de  caballo a cada lado. Conservaban únicamente una de las tallas, parcialmente mutilada, de la otra ni rastro.

En la pieza original, una vez planificada, solapamos una pieza maciza de nogal, para en su momento confeccionar la talla, y dicha pieza sirvió de patrón para confeccionar la contraria, a mano inversa. En el taller hicimos la moldura, a base de pasadas por la tupí ajustando las fresas y la altura del árbol, e hicimos la pieza soporte circular y un esbozo de la cabeza del caballo, encolando y uniendo dichas piezas entre sí. Una vez preparadas las piezas, la original con la pieza solapada y la de nueva confección, vino el tallista que nos asiste en éste tipo de trabajos y a base de gubia, formón y maza fue dando forma a las molduras, practicando las muescas, y tallando las dos cabezas a partir de lo que le teníamos preparado.

Y a Guadalajara se fueron al galope.












Despiece de madera de amaranto

El encargo consistía en producir una serie de piezas de madera de amaranto para la construcción de un bargueño. El cliente quería que le preparásemos todas las piezas y montar él por su cuenta el mueble, excepto el cuerpo central que pidió que se lo diéramos encolado ya que quería garantizarse la escuadra perfecta en las encoladuras de la estructura principal.

La madera de amaranto, ejemplo de madera tropical sudamericana, tiene un color natural morado asombroso; y lo peculiar de trabajarla consiste en que nada más cortada y trabajada, el tono que presenta es ceniciento, apagado, pero conforme pasa el tiempo, en dos o tres días, adquiere el tono natural que la caracteriza, de nazareno de semana santa, que a mucha gente  da que pensar si se trata de una madera teñida.

Hicimos el despiece del mueble con el cliente, papel y lápiz y algo de calculadora, y nos pusimos a elaborar la madera, a base de sierra de cinta, labra y regruesadora, para dar la medida final de cada pieza con la circular. Las piezas que llevaban rebajes, acanaladuras y otro tipo de mecanizaciones las pasamos por la tupí, así como las que llevaban cortes a inglete, básicamente las que componían el cuerpo central que tuvimos que encolar con fleje tensor y comprobar bien la exactitud de la escuadra del módulo resultante. La tapa frontal del bargueño la presentamos, confrontándola con el cuerpo central, con el fin de comprobar que coincidían al milímetro.

Entregamos el trabajo como hemos descrito, el cliente ya se encargó de realizar todo el montaje y de barnizar el mueble, según nos comentó era con lo que realmente disfrutaba.








Puerta de palma de caoba con cerco de okola

El cliente en ésta ocasión era un médico que estaba haciendo una reforma de su casa, y nos encargó una puerta de paso que no encontraba en catálogo alguno. La quería chapada en palma de caoba, con lagueros macizos de una madera rojiza a juego, y un cerco de madera maciza similar a la usada en la puerta.

Por un lado procedimos a preparar la chapa de palma de caoba, que siempre requiere una preparación previa a su manipulación: la llamada chapa u hoja de "palma" se obtiene de la parte del tronco donde arranca la rama, allí se producen unas tensiones en la fibra de la madera que hacen que la chapa que de ésa parte se obtiene presenta unas vetas sinuosas y fuertes, que hacen que la chapa sea recia y tenga ondulaciones, pero una vez trabajada sea altamente decorativa.

Chapados los plafones de tablero aglomerado por ambas caras, preparamos en taller la madera maciza para los largueros y los peinazos de la puerta, ensamblando los tableros con las partes de madera maciza con las encoladuras pertinentes. Y a la par fuimos fabricando el cerco de okola según las medidas que nos había facilitado el cliente; él mismo además nos facilitó las bisagras y herrajes, con lo que le entregamos la puerta montada en el cerco, como una puerta en block comercial, para que la instalasen y barnizasen en la obra.








Soporte pantalla TV

Un pequeño ejemplo de ingeniería doméstica. Nos vino un vecino a ver si le podíamos echar una mano: el caso es que se había comprado una Tv de pantalla plana para ponerla encima de la nevera y así ver la tele mientras cenaba, pero una vez que la instaló cayó en la cuenta que a esa altura no la podía ver desde la silla de la cocina; era necesario darle una inclinación a la pantalla.

Se nos ocurrió hacerle una pieza a la que atornillar el soporte de la pantalla, y a su vez dicha pieza iría sobre un tablero plano que tendría que situar encima de la nevera. Todo ello en Mdf, para que lo pintase del color que más le gustase, y el trabajo de taller fue de lo más sencillo. El resultado: un vecino contento, un pequeño incordio resuelto con algo de imaginación y algunas dosis de buena voluntad.









Maqueta topográfica de madera de bubinga

JC es un cliente de la casa, titular de un estudio de arquitectura, que tenía una maqueta topográfica que entregar, hecha toda ella en madera, y un plazo de entrega perentorio que se iba agotando. Era el 2007, había mucha actividad, y éste cliente no encontraba un taller que le hiciera la maqueta. Hablando con él y con un conocido que se dedicaba al fresado por cnc - por aquellas fechas nosotros no teníamos aún nuestra propia sección de control numérico - vimos que era factible el llevar adelante el proyecto, colaborando entre todos.

Cuando estuvo en nuestra empresa, al cliente le sedujo el contraste que hacía el oscuro de la bubinga, con vetas sinuosas y salvajes, con la clara sobriedad del boj americano, madera clara, sedante, armoniosa. Y tenía desde entonces claro que las iba a utilizar para la maqueta, confeccionando el terreno y las capas con la bubinga, y las edificaciones ( todo el "caserío" decía ) en boj, además de unas partes que iban en metacrilato, para simular el mar: se trataba de la maqueta de un plan de urbanismo de un ayuntamiento costero de la provincia de Granada.

Lo que condicionaba el trabajo era, por un lado, las dimensiones finales de la maqueta ( 250x145cms ) y por otro lado el plano de trabajo de la fresadora cnc, ya que la misma solo admitía piezas como máximo de 100x70cms. Ello motivó que hubiese que seccionar el trabajo por áreas que una vez trabajadas tuviésemos que unir entre sí en el taller. Por ello, primeramente fuimos elaborando la madera de bubinga según el repertorio de medidas, y una vez obtenidas todas las piezas, las llevamos al taller de Enrique, que era el que se encargó del fresado. Él ejecutó todas las curvas de nivel, los contornos de las piezas, los relieves, todo ello en bubinga, y con la madera de boj ya preparada que le facilitamos confeccionó las piezas que representaban las edificaciones.

Una vez que tuvimos todo el material ta fresado en nuestro taller, vino el trabajo de ir uniendo las piezas, tanto adyacentes entre sí, como superpuestas unas a otras, la maqueta tenía partes de una considerable altura. Lo más importante era que en las uniones no se rompiese la continuidad de las curvas de nivel, por lo que el trabajo de encoladura de piezas fue arduo y laborioso.
Según se iban encolando, las piezas se situaban sobre un tablero contrachapado de 30mm de espesor, al que le habíamos hecho una pieza exterior perimetral en madera de bubinga, enmarcando todo el trabajo.

Cuando la última encoladura estaba practicada y se dieron los retoques finales de lija a mano ( siempre hay algo de cola que al apretar sale por las uniones, eso es buena señal pero hay que limpiarlo ) vino el cliente con dos colaboradores y en un fin de semana se montaron todo el caserío y clavaron cientos y cientos de clavitos, en los que pusieron unas bolitas de madera de haya para simular el arbolado: éste trabajo minucioso, netamente de maquetismo, es el que quedamos con el cliente que se lo tenía que hacer él, facilitándole por nuestra parte el trabajar un sábado y un domingo en nuestras instalaciones.

La maqueta al final tenía, ya acabada, un peso de unos 500 kilos. La cargamos con la carretilla elevadora en una furgoneta de alquiler con la que el mismo cliente se la llevó al lugar de destino, la misma localidad granadina que se representaba. Eso sí, nos dijo que para descargarla hicieron falta diez fornidos ayudantes.







sábado, 20 de agosto de 2011

Fresado de letras chinas

Es lo que tiene la globalización: vino a vernos un cliente chino, con el dibujo de unas letras chinas para que hiciésemos unas piezas de tablero de  Mdf de 10mm de espesor  fresando dichas letras. Con el Google - que funciona de maravilla para éstas cosas - localizamos las letras, la fuente y el tamaño, con ello programamos el autocad y el fresado fue cosa de coser y cantar.

Eso sí, no llegamos a enterarnos de lo que quería decir el texto que hicimos. Confiamos en que no sea nada gordo.






Tablón de nogal español transformado en mesa baja

Manolo se enamoró del tablón de nogal español que vio en nuestra empresa, enseguida dijo "de ahí vamos a sacar una mesa, no se os ocurra venderlo". La verdad es que era una pieza única, un tronco de nogal que daba cinco o seis tablones de dimensiones interesantes, y todos ellos bien sanos, sin nada de corazón ( que es donde a veces la madera presenta coqueras, grietas, fendas y otros defectos ). El caso es que lo apartamos y en pocos días ya teníamos claro lo que quería nuestro amigo y cliente de Sevilla.

Se trataba de convertir el tablón en una mesa baja, practicando unas mínimas mecanizaciones: la superficie había que igualarla y tamizarla a base de lijadora, ya que por el ancho del tablón no se podía meter en la cepilladora. El contorno del tablón, los cantos naturales que presentaba, no había ni que tocarlos ya que era precisamente lo que más le gustaba al cliente, la sensación de naturalidad, todo lo más los lijamos con borla para quitar impurezas, con el fin de que agarrase el barniz ( ya que éste trabajo iba acabado ). Y teníamos que incorporar dos peanas o patas para hacer que eso fuera una mesa baja, y bien baja que la quería.

Una vez hechas éstas sencillas mecanizaciones, vino a domicilio el barnizador, que a muñequilla dio en dos sesiones el acabado deseado. Luego vino lo gordo, que fue el embalar el pedido ...... y llevarlo al lado de Sevilla, para subirlo a un cuarto piso, una mañana de Junio en la que, como dicen por allí "hasía musha caló". 









jueves, 18 de agosto de 2011

A veces con lo que se encuentra uno.....

Aunque nuestro trabajo no consiste en realizar la restauración integral de un mueble, encargándonos en todo caso de practicar la ebanistería inherente a un trabajo de restauración, a veces hay ocasiones en que no queda más remedio que "arremangarse" y pechar con lo que se ponga delante.

Una cliente nos trajo la tapa de una cómoda que estaba restaurando, ya que la misma presentaba un "hundimiento" en el plano horizontal superior, era evidente que sobre lo que se sustentaba el tablero que conformaba la tapa había cedido. Se notaba que estaba hecha de madera maciza en el interior     (debía de ser un mueble antiguo, de antes de que existiesen los aglomerados y los "de-emes" ) y lo que tocaba era descomponer la tapa y ver que era lo que había hecho que la misma estuviese hundida.

Y ahí vino la sorpresa, al levantar el tablero vimos el ejemplo de lo que tuvo que ser en su día la máxima  "de la madera hay que aprovechar todo" y aún más  si el ebanista que hizo el mueble vivió en un momento de escasez de los muchos que ha atravesado nuestro país a lo largo de la historia, cuando no había además la profusión de maderas que la distribución moderna ha llegado a propiciar.

El trillaje interior de la tapa estaba conformado por listones, piezas y pedazos - no se les puede llamar de otra manera - de maderas diferentes, sin estar enrasados, ni encolados entre sí, incluso había piezas que habían estado ardiendo y conservaban partes quemadas, carbonizadas. Todas muy apretaditas, eso sí, que luego la tapa lo iba a cubrir todo. Con el paso del tiempo, las mermas, el movimiento natural de la madera, y aún más si pensamos que las piezas estaban "sueltas" sin agarre entre unas y otras, pues todo ello hizo que la superficie de apoyo perdiera cohesión y de ahí el que la tapa se deformase. Hicimos fotos para que la cliente lo viese, por lo curioso del caso, y realizamos nuestro trabajo haciendo un bastidor interior rígido y poniendo un nuevo tablero contrachapado superior. A saber los motivos que tuvo el ebanista bricolajero de hace cien años de hacer la originalidad que hizo. ¿Sentido del ahorro? ¿Ecologismo decimonónico? ¿Se la tenía guardada al cliente?

Y es que en éste oficio, a veces se encuentra uno con cada cosa.......